Archivo Leopoldo Pomés

El fotógrafo Leopoldo Pomés
La obra fotográfica de Leopoldo Pomés y Campello (Barcelona, 1931- Girona, 2019), Premio Nacional de Fotografía en 2018, que aportó sensualidad a la gris España del franquismo, es representada por la Fundación Photographic Social Vision junto a su familia.
Bases creativas
De formación autodidacta, Leopoldo Pomés se interesó pronto por la fotografía, aunque siempre ajeno a las escuelas más tradicionales. De hecho, con su primera exposición, en 1955 en las Galerías Layetanas de Barcelona, ya genera controversia con una serie de retratos que en la época revolucionaron a la intelectualidad de la ciudad. Varios de los modelos allí retratados pertenecían al grupo artístico de vanguardia Dau al Set, con los que Pomés se relacionó estrechamente, siendo compañero de tertulia de artistas de talla de Joan Brossa, Antoni Tàpies o Modest Cuixart.
Es poco después, cuando empieza a colaborar y publicar imágenes en la Revista Afal, cuando se da a conocer a escala nacional, junto a otros fotógrafos de vanguardia. Su tema predilecto por aquel entonces será la soledad, un tema recurrente que seguiría desarrollando a lo largo de su trayectoria y que, ya en 2006, protagonizaría en Barcelona una exposición retrospectiva de su obra fotográfica entre los años 50 y los 70.

Barcelona, 1957 © Leopoldo Pomés
Salto a la publicidad
Los intereses de Pomés fueron amplios y, por ejemplo, también fue realizador fotográfico y escribió poesía, consiguiendo el 2º premio Ossa Menor por esta última actividad. Sin embargo, el sector que enseguida llama poderosamente su atención es el publicitario. En 1961, funda Studio Pomés, junto con Karin Leiz, y se da a conocer como fotógrafo publicitario. En 1963, se asocia como director creativo a la agencia de publicidad Tiempo.
A partir de ese momento, inicia una carrera ascendente que le llevar a rodar más de 3.000 spots publicitarios y 40 documentales, además de obtener numerosos premios como creativo y realizador publicitario. En este campo, son recordados especialmente, entre muchos otros trabajos, sus campañas para Terry entre 1964 y 1974, marca para la que crea la memorable imagen de una chica cabalgando con las piernas desnudas sobre un caballo blanco, que el escritor y periodista Manuel Vázquez Montalbán calificaría como responsable de haber erotizado a todo el país; numerosas campañas para Freixenet desde 1966, creando el concepto de las populares “burbujas Freixenet”, que también se convertirán en imagen de marca; la realización en 1982 de la ceremonia inaugural del campeonato Mundial de Fútbol en Barcelona, junto con Víctor Sagi; la campaña de 1985/86 para la candidatura de los Juegos Olímpicos Barcelona ´92, o el documental final de los Juegos Olímpicos de Barcelona ´92.
Recuperación y reconocimiento de su obra fotográfica
En 2006, Pomés abandona el ejercicio de la publicidad y se vuelca a tiempo completo en la revisión de su extenso archivo fotográfico. De esta forma, rescata una gran parte de su obra que llevaba muchos años dormida y se dedica a pulir estos hallazgos, iniciando en estos años su proyección internacional como fotógrafo.
Es en 2018 cuando recibe el Premio Nacional de Fotografía, como referente en la configuración
del imaginario colectivo del país.
Pomés es, además, autor de varios libros, incluyendo un poemario, dos dedicados a la gastronomía, y unas memorias, que presentó en 2019, mismo año de su fallecimiento.